El viaje de Miguel (Literatura Infantil)

Partió Miguelito, un niño chileno

a mirar el mundo y lo que tiene de bueno

 

Cruzó por los Andes y al llegar al mar

pensó que un gran bote debía tomar

 

Remó y remó por algunos días

siempre hacia el lugar donde el sol nacía

 

Al cabo de un tiempo, a un lugar llegó

donde mucha selva y animales vio

 

Se encontró con un niño cuidando el ganado

con la piel del color del café cargado

 

“Discúlpame amigo, me llamo Miguel

y nunca había visto el color de tu piel

 

“Mi nombre es Kanú y mi piel es oscura

porque aquí en África la vida es muy dura

 

“El sol es muy fuerte en toda estación

y el buen Dios nos dio esta protección”

 

“Así al cazar o cuidar animales

el sol no nos daña ni nos hace males”

 

Por toda la tarde los dos conversaron

y de volver a verse acordados quedaron

 

Al día siguiente, cuando madrugaba

el camino del norte, Miguel tomaba.

 

Viajó siempre rumbo a la estrella polar

hasta que a un lugar de bosques, él fue a dar

 

Se topó con un niño que iba a pescar,

sus ojos azules, del color del mar

 

El pelo tenía el niño pescador

como el trigo maduro, cuando hace calor

 

 Al ver a Miguel se quedó a conversar

y contarle qué era ese lindo lugar

 

“Mi nombre es Olaf y esto es Noruega

en Europa del norte, donde el sol ya no llega”

 

“Vivo aquí en un pueblo, al lado del mar

y cada vez que puedo, me voy a pescar”

 

“Así cuando grande, sabré navegar

y a mi padre en sus viajes podré acompañar”

 

Muchas horas estuvo Miguel a su lado

jugando y pescando muy bien escoltado.

 

Pero aún le faltaba mucho mundo por ver

y muy pronto volvía sus pies a mover

 

Caminó y caminó siempre hacia el oriente

hasta llegar al final de este nuevo continente

 

Allí conoció a otro niño amistoso

quién un campo de arroz cuidaba afanoso

 

En China vivía, un país asombroso,

el más grande de Asia y el más populoso

 

Ling Fu se llamaba, con ojos rasgados,

su piel era clara, como marfil afinado

 

Le contó a Miguelito que arroz él cuidaba

y que así su familia hambre no pasaba.

 

Lo invitó a casa y un buen té le dio,

una rica comida y ahí Miguel durmió

 

Al día siguiente, cuando ya amanecía,

el niño chileno el camino emprendía

 

Siguió hacia el norte, a una tierra muy fría

y hacia donde miraba, sólo hielo veía

 

Un barco tomó y un estrecho cruzó

y a un país de bosques y nieves llegó

 

Al poco andar, vio un extraño cerrito,

hecho con hielo y del que salía un humito

 

Escucho unos ladridos y al voltearse vio

una extraña imagen que lo sorprendió

 

Un niño venía bajando de los cerros

en una extraña nave, tirada por perros

 

Al pasar junto a él el trineo paró

y una cara simpática a Miguel sonrió

 

“Hola muchacho, ¿que haces aquí?

yo venía a mi casa y, de pronto, te vi”

 

“¿Dónde está tu casa? Pues ninguna veo

que vivas encima del hielo, no creo

 

“Esa cosa de hielo es mi casita

se llama Iglú y es muy calientita”

 

“La usamos nosotros, los esquimales

para en invierno salir a cazar animales”

 

Muy sorprendido quedó el niño Miguel

y al instante se puso a conversar con él

 

Así conoció a Inuk y a su noble gente,

de vida muy simple y muy sorprendente

 

Pasado algún tiempo, hacia el sur partió

y mientras viajaba, el frío bajó

 

Después de unos días, a un pueblo llegaba

y con otro niño ahí se encontraba.

 

Era este amigo un indio americano

y trató a Miguel como si fuese un hermano

 

Le contó que su pueblo muy bien cabalgaba

y que rico maíz en los campos sembraba

 

Caída la tarde, tortillas comieron,

de noche en su carpa, tranquilos durmieron.

 

Al día siguiente, cargado de frutas,

Miguel nuevamente volvía a las rutas.

 

Dijo adiós a su amigo, Águila Pintada

para emprender a su casa, la última jornada

 

Al fin, en el sur, a su casa llegó

y a su madre y su padre contento abrazó

 

Paso a paso, su viaje, les contó Miguel

y de todos los niños que había visto en él

 

Muy feliz quedó, nuestro niño viajero,

de tener amigos en el mundo entero.

 

Y pudo saber, de primera mano

que todos los hombres somos hermanos

 

PNB